Esta es una buena pregunta que surgió el otro día en una reunión interna en Nubelo, basada en el hecho que muchas de las empresas que cuelgan proyectos se quejan de la multitud de mails que reciben sin más información que la mera publicidad de los servicios del ‘presumible freelance’. Incluso algunos clientes nos comentan totalmente incrédulos que reciben muchísimos de estos mails de ‘presumibles freelance’ a su cuenta de info@... que estos encuentran en sus webs, utilizando siempre el proyecto colgado como excusa.
Hecha la introducción volvamos a la pregunta: ¿Los freelancers también son ‘spammers’?
Llevamos varios meses escribiendo sobre los valores que parecen guiar a los freelancers a gestionar su vida profesional en este sentido. Algunos de estos valores son la flexibilidad, la creencia en la meritocracia y la desintermediación laboral, el pensar sin fronteras, el saber que la libertad y la felicidad van de la mano… Viendo estos valores y forma de ser/pensar, cuesta creer que un ‘freelancer’ sea un ‘spammer’. En primer lugar porqué identifico esa forma de pensar de un freelancer con una frase que siempre he intentado aplicar, la de “no quieras para lo demás lo que no quieras para ti”. En segundo lugar porqué los freelancers, que son personas que se buscan la vida y como tal emprenden aunque sea en una aventura en solitario, saben que el retorno del SPAM es nulo, pues ningún cliente picará ante tal forma de actuar.
Si llevamos a un puro criterio de valor esperado el hecho de saltarse el canal elegido para un cliente para ofrecer proyectos utilizando el SPAM, vemos que el retorno no es efectivo. Más allá de la mala impresión que pueda llevar a generarse el que es objeto del SPAM por parte de los ‘presumibles freelance’, en puros criterios matemáticos la pérdida de tiempo que supone el ir enviando propuestas en formato SPAM a los clientes es mucho mayor al beneficio que puedes esperar recibir de un cliente, que en este caso siempre es la no respuesta con total seguridad.
Conclusión: no existen freelancers que hagan SPAM, sino que existen freelancers que se convierten en esta figura cuando dejan de hacer SPAM y ganan sus primeros clientes con propuestas serias y argumentadas. Muchos lo entienden desde el principio y otros lo tienen que aprender, pero la conclusión siempre es la misma, ¡el SPAM no funciona!
¡Suerte a todos y ánimos a todos aquellos que defienden la meritocracia y saben apreciar de dónde provienen las fuentes de valor!
Hecha la introducción volvamos a la pregunta: ¿Los freelancers también son ‘spammers’?
Llevamos varios meses escribiendo sobre los valores que parecen guiar a los freelancers a gestionar su vida profesional en este sentido. Algunos de estos valores son la flexibilidad, la creencia en la meritocracia y la desintermediación laboral, el pensar sin fronteras, el saber que la libertad y la felicidad van de la mano… Viendo estos valores y forma de ser/pensar, cuesta creer que un ‘freelancer’ sea un ‘spammer’. En primer lugar porqué identifico esa forma de pensar de un freelancer con una frase que siempre he intentado aplicar, la de “no quieras para lo demás lo que no quieras para ti”. En segundo lugar porqué los freelancers, que son personas que se buscan la vida y como tal emprenden aunque sea en una aventura en solitario, saben que el retorno del SPAM es nulo, pues ningún cliente picará ante tal forma de actuar.
Si llevamos a un puro criterio de valor esperado el hecho de saltarse el canal elegido para un cliente para ofrecer proyectos utilizando el SPAM, vemos que el retorno no es efectivo. Más allá de la mala impresión que pueda llevar a generarse el que es objeto del SPAM por parte de los ‘presumibles freelance’, en puros criterios matemáticos la pérdida de tiempo que supone el ir enviando propuestas en formato SPAM a los clientes es mucho mayor al beneficio que puedes esperar recibir de un cliente, que en este caso siempre es la no respuesta con total seguridad.
Conclusión: no existen freelancers que hagan SPAM, sino que existen freelancers que se convierten en esta figura cuando dejan de hacer SPAM y ganan sus primeros clientes con propuestas serias y argumentadas. Muchos lo entienden desde el principio y otros lo tienen que aprender, pero la conclusión siempre es la misma, ¡el SPAM no funciona!
¡Suerte a todos y ánimos a todos aquellos que defienden la meritocracia y saben apreciar de dónde provienen las fuentes de valor!
