Dentro del mundo digital, probablemente el de la programación sea aquel donde mayores
diferencias de género existan. En este sentido, no es una tarea demasiado fácil observar a mujeres insertas en este rubro, convirtiéndolo en un campo ampliamente liderado por los hombres. Este hecho, si bien se observa desde la misma formación, donde en carreras profesionales que forman a los futuros programadores apenas hay mujeres, no se traduce necesariamente en que no existan emprendedoras que se hayan atrevido a probar suerte en esta área, triunfando plenamente con proyectos que, hoy en día, todos conocemos.
Diferencias desde la base
En mayo de este año, Google publicó un curioso documento en el cual se dejan ver algunas características de su equipo de trabajo y de quienes están detrás de sus productos que, en la actualidad, lideran cada una de las competencias donde han puesto su marca: correo electrónico, buscador web, plataforma de aplicaciones móviles, etc. Y aunque, en rigor, existe una multiplicidad de profesionales encargados de dar vida a estos productos Google,
tan sólo el 17% de estos empleados son mujeres.
Este dato, más que entremostrar una realidad palpable por todos, da cuenta de una
brecha profesional entre hombres y mujeres que, en este caso, posee un componente cultural ampliamente arraigado en nuestra cultura en el cual, desde la temprana niñez, se incentiva a los más pequeños a dejarse cautivar por el mundo de la informática y, a las niñas, se las insta a seguir por otro camino, menos frío y calculador que aquel de los ordenadores.
Debbie Sterling, consciente de este problema trató de abordarlo desde las etapas más tempranas de la niñez. Por ese motivo creó GoldieBlox un juguete de construcción pensando para niñas que tiene como objetivo enseñarles qué significa ser ingeniero de una forma divertida e inspiradora:
"Nuestro objetivo es interrumpir el pasillo color rosa e inspirar a la próxima generación de mujeres ingenieras". Debbie explica que existe un gran déficit de profesionales formados en este tipo de disciplinas y que debemos empezar a fomentar el interés de las mujeres por carreras técnicas si queremos cubrir ese vacío.
Latinoamérica: Mujeres exitosas
La tendencia de masculinizar el área de la programación y la ingeniería solamente se rompe apenas en los países orientales, situación que deja a Latinoamérica a la par con el medio europeo y norteamericano. Sin embargo, existen mujeres que a pesar de todos estos datos y de las barreras culturales que se expresan desde la niñez, han podido construir su propio camino en este rubro: Alejandra Negrete de
TheSocialRadio, Laura Orfanó de
Rucatech y Pamela Scheurer de
Nubimetrics son sólo algunos ejemplos de que, en este campo liderado por los hombres, las mujeres pueden triunfar de igual manera y que los obstáculos son solamente un hecho social poco trascendente.
Esperemos que en unos años, gracias a iniciativas como la de Debbie, dejen de existir profesiones asociadas a uno u otro género y no nos sorprenda ver a mujeres en la cima en campos como la programación, la ciencia o la ingeniería.
