Los 5 errores que debes evitar como redactor freelance

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Este post es colaboración de Álvaro Rodríguez, Redactor y Community Manager Freelance. 

Trabajar como redactor freelance puede ser una buena manera de complementar ingresos, y quizás, si eres bueno y te sabes organizar bien, como ocupación exclusiva. Pero a la hora de iniciarse en esta tarea es necesario evitar una serie de errores, siempre teniendo claro que a veces será inevitable cometerlos, y que como tales forman parte del aprendizaje de un freelance. qué es ser redactor freelance Aquí queremos comentaros los 5 errores más comunes como redactor por cuenta propia. Si consideras que falta alguno, no dejes de compartirlo en los comentarios a esta entrada: 1. Un primer error es la falta de constancia. Vender servicios de redacción no es fácil si no sabes a quién hacerlo. Puedes empezar por apuntarte en varios portales de compraventa de contenidos, o en páginas de empleo para freelances, como Nubelo. Después, con prisa pero sin pausa, es interesante ir explorando más posibilidades, lo que incluye el ofrecer directamente tus servicios a agencias de marketing, de comunicación, o de noticias. Pero debes recordar que hay que hacerlo al menos varias veces a la semana. Puedes dedicar un par de tardes a la semana a mandar correos y revisar tus contactos. Recuerda que si no te mueves, nadie va a ir a buscarte. 2. La impaciencia. A veces queremos que todo salga rápido. Pero lo más seguro es que ni el primer, ni el segundo, ni el tercer cliente que nos pida un presupuesto nos vaya a decir que sí. Hay que ser pacientes y asumir que a veces no es sencillo conseguir que te contraten un paquete de textos. Y de paso, puedes aprender a explicar con todo detalle tu propuesta, mejorándola para animar a la contratación. Esto nos lleva al siguiente punto. 3. No saber escuchar y explicarte ante el cliente. Tienes que leer atentamente lo que el cliente te pide, y dárselo. No vale enviar una propuesta genérica. Como bien se explica en este post, hay que hacer entender al cliente cómo podemos ayudarle, con qué plazos, y a qué precio, para que entienda perfectamente que la nuestra es una propuesta de confianza. Por supuesto, es bueno idea hacerse un portfolio, que puede ser incluso infográfico, o una web propia. Cuanto más original y trabajado, mejor. 4. Hacer demasiado caso al cliente (en ocasiones). Una vez contratado, tampoco se trata de tragar con todo. Hay clientes que no saben lo que quieren, y que en ocasiones nos pedirán esfuerzos desmesurados, o darán mil vueltas a detalles sin importancia. En este caso, hay que hacerles ver con amabilidad que lo que necesita no es marear la perdiz, sino textos de calidad. Y tenemos que explicarles que lo mejor es dejarnos trabajar, y que después decida sobre el resultado. 5. No saber valorar tu trabajo. Realices este trabajo como complemento o como dedicación completa, no olvides que hay que valorar el esfuerzo propio. Tanto monetariamente, como emocionalmente. Si encuentras una oferta que te parece auténticamente abusiva (y seguro que verás más de una), recházala. Incluso, muestra tu rechazo para que el cliente vea que lo que pide no es adecuado. Si todos hiciésemo esto, seguro que pronto las tarifas serían más elevadas, lo que se reflejaría en una mejor remuneración y un mejor trabajo. Vamos, que saldríamos todos ganando. Con estos breves consejos esperamos poder orientarte un poco mejor en el mundo de la redacción freelance. Ahora sólo queda ponerse manos a la obra. ¡Mucho ánimo!.

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